Germán Santillán nació en Villa de Tamazulapam del Progreso, en la Mixteca Baja, en Oaxaca, considerada en 2017 como la región más pobre de México.<br /><br />Para cambiar la historia de rezago, Germán creó un proyecto de emprendimiento social basado en la principal actividad económica, social y cultural de su pueblo: la producción de chocolate. <br /><br />Así nació Oaxacanita Chocolate, la primera chocolatería en México que trabaja con comunidades indígenas marginadas y ha creado una cadena productiva y colaborativa que engloba el trabajo de familias de cacaocultores, de cocineras tradicionales y de artesanos en palma para encargarse desde la siembra del cacao hasta su venta directa al público.<br /><br />Además de ser el sustento de 30 familias, Oaxacanita ha sembrado miles de árboles de cacao en la región, que dan cuatro veces más oxígeno que otras especies y que se convierten en fuente de trabajo para los pobladores. <br /><br />Hasta el momento, Oaxacanita tiene una red de más de 30 distibuidores en nueve estados del país y, a través del comercio electrónico, ha llevado su chocolate a Canadá, Estados Unidos, China, Alemania, Francia y Colombia. <br /><br />Al generar una actividad económica sustentable en la región, Germán ha logrado reducir los casos de marginación y abuso de muchas mujeres y ha disminuido la migración ilegal hacia Estados Unidos.<br /><br />En 2016 fue reconocido por el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como uno de los mejores proyectos de emprendimiento social de Latinoamérica y el Caribe. <br /><br />En 2018 los seleccionaron como una de las mejores startups sociales a nivel mundial por The International Youth Foundation, uno de los sistemas de universidades más grandes del mundo con presencia en casi 100 países.<br /><br />Para Germán, emprender va mucho más allá de hacer negocio: “Como emprendedores debemos solventar una necesidad y resolver una problemática de tu país y que ayude a salir adelante a todos los que están atrás.”<br />
